lunes, 31 de mayo de 2010

La lámina de agua y la conciliación.



Antes de que la palabra conciliación entrase a formar parte de nuestro lenguaje cotidiano, las mujeres hemos conciliado . Era, y aún sigue siendo un huerto marino cultivado por nosotras, las mujeres. Recientemente, algunos hombres corresponsables con las tareas del hogar y del cuidado de hijos e hijas y empresas comienzan a compartir el abono de este huerto.

Hace 15 días, la consejera de Empleo, Gemma Zabaleta, ha presentado “el estudio sobre las implicaciones y posibles consecuencias de un cambio laboral en el tejido empresarial dela CAPV de cara a conseguir una mayor conciliación de la vida laboral y faniliar”. Al margen de la carencia de lenguaje incluyente en la investigación , - Se detecta que Emakunde ni siquiera ha rozado la lámina de agua de la perspectiva de género- , las conclusiones arrojan cifras para la reflexión:
  • Aún el 58% de la población ocupada de Euskadi trabaja a jornada partida;
  • insatisfacción de las personas trabajadoras;
  • se trabaja, en general, 232 horas al año más que en Europa, pero se produce menos;

  • ...
Después de esto, no debemos quedarnos en la lamina de agua, empresas y sindicatos deben pactar horarios más flexibles en los convenios colectivos. Todas las partes ganarán. Las empresas conseguirán mayor rentabilidad, con la que cae , bien viene. Las personas trabajadoras más satisfechas. Hombres y mujeres mayores posibilidades para la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. En definitiva, rompiendo esta tendencia cultural de largas jornadas de trabajo y mayor corresponsabilidad de los hombres podremos comenzar a compartir la siembra del huerto marino de la conciliación. Compartamos la inmersión por debajo de la lamina de agua, la superficie.

Herramientas para la siembra compartida de la conciliación hay varias. Horarios laborales flexibles, ayudas publicas para excedencias laborales para cuidado de hijos e hijas, usos del tiempo,...son algunas de ellas. Otra, fundamental, no la podemos olvidar las mujeres, es la corresponsabilidad de los hombres. No nos dejemos seducir por cantos de sirena de tipo de: “churri”, “cari” ¿la cena?. Ya sabes lo que me gusta ¿verdad? Y, luego...
Teresa García Oviedo

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