martes, 11 de mayo de 2010

Alango: lejos, lejos está la cima.




El nuevo ambulatorio de Alango ha cubierto la necesidad detectada por la saturación del ambulatorio de Bidezabal. Este nuevo servicio de salud ha proporcionado oxigeno a las esperas sufridas por las y los ciudadanas de Getxo. Oxigeno necesario para nuestros pulmones. Oxigeno que perdemos las personas obligadas a escalar las pendientes de Algorta, camino de la cima, camino del ambulatorio de Alango.

La protesta de la ciudadanía solicitando medidas de accesibilidad para llegar al ambulatorio de Bidezabal ha tenido eco en la respuesta: rampas mecánicas en Avda Salsidu y Bidezabal. ¡Aunque no siempre funcionan.! De todos modos, cima conseguida. Pero,.. de nuevo comenzamos con otra cima a escalar:”nuestro gozo en un pozo”. De nuevo comienzan las protestas. De nuevo exigimos medidas de accesibilidad para alcanzar la cima del nuevo ambulatorio de Alango.

Varias personas que habitamos el area de Aldapas, Villamonte, ...; muchas o pocas. A diario, las que nos encontramos en periodo de rehabilitación, “ a menos diario”, las que vamos a consultas médicas, nos pertrechamos e iniciamos la subida. Contamos con pequeños repechos donde pararse y coger de nuevo el oxigeno perdido por las calles empinadas de Basarrate, Alangoeta, etc.. El cronómetro, estos días, es mi sobrino, Iñigo, en su camino al Instituto de Fadura. Si nos cruzamos en el tunel de los grafitis de Arene Ondo voy bien de tiempo; si es más arriba, su sola presencia me indica que llego tarde.

Mi pie mejora. Lo mío es transitorio. ¡Eso espero!. Pero, ¿que pasa con las personas que sufren de forma permanente escasa movilidad?. Pues que protestan, que no entienden la inmovilidad de la administración competente, quieren que se ponga las pilas -o más bien el sonotón-, que escuche y nos ayude a escalar la cima de un servicio público tan importante: el ambulatorio de Alango.

Teresa García Oviedo

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