viernes, 30 de abril de 2010

PLENO DE ABRIL, SORPRESAS MIL









Las sorpresas de este Pleno han ido desde las preocupaciones por los aparcamientos, hasta la reclamación de un cauce para una mayor y mejor participación política de la ciudadanía.

Me explico. Se han presentado dos mociones sobre aparcamientos: uno en Aldapas (aprovechando la próxima remodelación de la zona) y otro bajo el futuro mercado de las Arenas (pensado para una planta, insuficiente para los autores de la moción). Ambos con dificultades técnicas debido a las filtraciones hídricas, en un caso del río y en el otro del mar. Todo el mundo se ha olvidado de una antigua petición de un microbus intraurbano, que acercaría a las personas sin coche a los centros de ocio, deporte, cultura o comercio de nuestro “alargado” pueblo.

Nos sorprende también la creciente insistencia en encontrar un edificio apropiado para instalar la futura Escuela de Música de Algorta que, por supuesto, no sea el previsto en el proyecto del Antzokia. Es igual que se trate de una “casita” ya ocupada y con creciente actividad, que de un edificio industrial. Luego dirán que en este municipio no existe interés por los conciertos.

La moción más, digamos, jocosa fue la que, acusando al Ayuntamiento de una desidia ofensiva, pedía que “una escultura de granito negro que recrea una escena de caza, situada en la Avda. de Zugazarte, sea dignamente restaurada y se encargue un pedestal digno de ella”. Al parecer, la estatua ha sido atacada por alguna persona poco civilizada de nuestro entorno que ha roto los colmillos al jabalí ahí representado, le ha pintado un ojo, el derecho, de color butano y el otro ojo (obviamente el izquierdo) de color azul. El problema parece radicar en que tal escultura, que fue realizada por el insigne y laureado escultor D. Eduardo Figueroa Conde de Yebes, pertenece hoy en día al legítimo sucesor del Conde de Arteche (D. Julio), su primer propietario. Sin la venia del actual poseedor no se puede “tocar“ la estatua y , según se expuso, no es fácil localizar a quien puede decidir. No hay que preocuparse, sin embargo, porque algún concejal se ofreció a encontrar sin problemas al susodicho sucesor de la casa de Arteche.

La última (en el orden de exposición) y agradable sorpresa fue la moción que pedía “iniciar un proceso de elaboración de un reglamento de participación ciudadana, que permita la elaboración colectiva de los presupuestos municipales“. Iba seguida de otra que solicitaba regular esa participación de la ciudadanía en los Plenos, a través del turno de Ruegos y Preguntas, en el sentido de limitar su duración, de permitir dirigirse a los concejales o concejalas entendidos en el tema “rogado o preguntado”, en vez de hacerlo a través del Sr. Alcalde, de recoger las intervenciones en el archivo sonoro (salvo petición expresa en contra, por parte de la persona interviniente), de publicarlo en la web, etc. Lógicamente sólo entusiasmó a la ciudadanía, y no a toda.

Todo esto, unido a que la edil encargada del buen funcionamiento de la Residencia Municipal se olvidó de pasar por el Consejo Rector correspondiente su petición. Era para instar a Osakidetza a poner en marcha un servicio médico continuo (que ahora no existe) en las dependencias de esa Residencia y… lo llevó directamente al Pleno. Este no parece ser el procedimiento habitual en estos casos, con lo que algún edil comentó que ”a partir de ahora igual se puede pasar de contar con los distintos Consejos Rectores y presentar directamente en los Plenos las peticiones que se deseen”.

Aunque no señale quien es quien a la hora de presentar interpelaciones y mociones, no parece que exista mucha dificultad en identificar a las personas protagonistas. ¿O sí?

Carmen Pino Pertierra

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