Hoy, 6 de octubre de 2009, nos levantamos con dos titulares en el país digital: “El agresor trata de suicidarse en el 38% de los crímenes de género” . Seguimos leyendo y nos encontramos con “Obligadas a trabajar sin ropa bajo la bata”.
Bajo el primer titular leemos comentarios de Andrés Montero, director del Instituto de Psicología de la Violencia. Sacar conclusiones sobre el índice de 38% de suicidios de los agresores es difícil. Hay opiniones que barajan el hecho del aumento del rechazo social. El no está del todo de acuerdo. Más bien, la hipótesis de Montero es que la mayoría de agresores cree que lo que hace está bien, no hay más que visitar las cárceles y preguntarles. Su discurso es victimista y rara vez se arrepienten.
El universo de los agresores se basa en establecer sistemas de control a las mujeres. Este control se transforma incluso en trato discriminatorio en el entorno laboral. Es la situación que han vivido y sufrido las empleadas de las ópticas Delgado Espinosa, en Madrid.-segundo titular: “Obligadas a trabajar sin ropa bajo la bata. - Las mujeres 27 años trabajando siempre con una bata blanca hasta la rodilla, sin permitirles ropa por debajo, a excepción de lencería. Sus compañeros ningún problema. Su ropa de calle y encima la bata. Al fin se ha podido “romper la tradición”. Para ello, una representante de UGT ha tenido que ir a los tribunales, después de sufrir represalias por parte de la empresa.
Es cierto que un trato discriminatorio, como es de las Opticas Delgado Espinosa no se puede comparar con los asesinatos de las mujeres, pero no debemos obviar que una sociedad que no tenga integrados los valores de respecto e igualdad de trato y de oportunidades de mujeres y hombres es “un potencial nicho” de creación de hombres maltratadores.
Nosotras, creemos que las mujeres aguantan menos la sumisión y el control, se rebelan y hacen temblar el universo de dominio de algunos hombres. Eso puede ser la causa del incremento de suicidios. De acuerdo totalmente con Andrés Montero.
Las mujeres, tenemos un gran trabajo para acrecentar el cambio, pero también esperamos que se dé entre los hombres. Algunos están sensibilizados. ¿podrán contagiar a los otros?
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