Cuando participamos en los talleres de urbanismo con perspectiva de género, Enclave de Ciudadanas por Getxo ya la incluimos entre las calles por las que las mujeres procurábamos no pasar cuando caía la tarde. Lo que sucede es que, a veces, no hay más remedio, porque es el único camino posible para llegar a casa o para subir al centro de Algorta. El estrecho y mal balizado camino peatonal, la presencia de arbustos y callejones, y su escasa iluminación, la convierten en una zona percibida como insegura por las mujeres.
Ahora, tras las lluvias del otoño y del invierno, el firme ha empeorado. Los coches que circulan se acercan hacia la zona peatonal, para evitar los socavones en el lado próximo a las huertas. Como consecuencia varias balizas de protección han sido arrancadas y no se han repuesto, y las que quedan ya han recibido algún "toque". Este sendero marcado ya no es muy seguro para nadie, sobre todo a las horas nocturnas, cuando la mayoría de automovilistas perciben peor a quienes caminan por la calzada.
Algunas personas dirán que es una zona poco transitada. ¡Menos mal! Pero los vecinos y vecinas de estos barrios también tienen derecho a ser incluidos en los proyectos de mejora de Getxo. Y más cuando hablamos de garantizar su seguridad.
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