Últimamente,
al amparo de diarios y noticiarios televisivos, vemos denostar a algunas
personas, que hartas o desesperadas, asaltan
a políticos en plena calle.
Les llaman
ESCRACHE: es una palabra utilizada en Argentina, Uruguay y España como manifestación
pacífica de un grupo de activistas de Derechos Humanos que se dirige al domicilio o
lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar, en concreto a políticos.
No lo aplaudimos, pero que quieran promulgar leyes para frenar el derecho a la
pataleta, que para muchos es lo único que les queda después de perder su derecho al trabajo, su
derecho a sus ahorros, o/y su derecho
a su vivienda, parece exagerado.
Lo
que a la sociedad ha costado más de 30 años
de esfuerzo, sacrificio, cárcel y a veces hasta la vida, en 5 años lo han eliminado.
Se
estan cargando nada menos que 4 generaciones.
No respetando el derecho a la tranquilidad en la vejez de los abuelos, que tendrán que
contribuir con sus pensiones al mantenimiento de la familia. La de los padres,
generación sándwich, que deberán hacerse cargo de sus padres y de sus
hijos. De los hijos, generación que ha vivido sin conocer las estrecheces de la
guerra y la posguerra y no le ha faltado, casa, coche, carrera, vacaciones y
ahora ve desaparecer hasta el suelo bajo sus pies.
Nietos, quien haya conseguido tenerlos, porque con el panorama a la vista, sin
empleo y sin casa, unos cuantos se quedarán sin saber lo que es tenerlos.
Algunos
políticos protestan por el respeto a sus derechos, tienen razón, pero ¿se
acuerdan de los de los demás?
ENclave aboga por dar a cada cual lo
suyo. Toda la humanidad se merece tener los mismos
derechos.
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