jueves, 28 de octubre de 2010

TERROR MACHISTA


Falta casi un trimestre para acabar el año 2010 y ya tenemos más mujeres víctimas mortales de la violencia machista que las habidas en todo el año 2009.


Seguro que todo el mundo ha podido leer, escuchar y comentar esta afirmación y, a estas alturas, hemos analizado las posibles causas de esta plaga en foros, mesas redondas y corrillos de toda clase.

Estamos todas de acuerdo en que algo hay que hacer y, también, en que algunas cosas se han hecho: campañas muy gráficas en TV , charlas en diversos lugares, condenas por parte de la clase política y de la ciudadanía, etc. Pero algo falla. Están muriendo mujeres jóvenes y menos jóvenes (incluso muy ancianas), autóctonas y extranjeras, denunciantes de violencia y sufridoras en silencio, víctimas de hombres procedentes de nuestro país y de otros paises y continentes pero… todo sigue no sólo igual sino que la carrera de lo que, con las debidas explicaciones, podemos llamar “terrorismo machista” va en aumento.

Cuando empleo el término “terrorismo” soy consciente de que la definición recogida en los diccionarios al uso, incluye una connotación de “ataque a las instituciones políticas”. Sin embargo hay una parte de la definición que puede aplicarse con más amplitud: “terrorismo es el dominio por el terror”.

Y aquí podríamos preguntarnos ¿ no es terror lo que intentan provocar en sus víctimas esos victimarios con el fin de doblegar las voluntades de  “sus”  mujeres?    Y ¿ no es la superación del terror la que puede empujar a las mujeres a elegir el alejamiento o incluso el enfrentamiento para no seguir doblegadas?

En el mes de junio, coincidiendo con la presidencia de España en la Comunidad Europea, dos europarlamentarias españolas, una socialista: Carmen Romero y otra del sector conservador: Teresa Jiménez Becerril, solicitaron que la CE elaborase una orden de protección a las víctimas de la violencia con especial atención a las de género para que el asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género se reconociese y se nombrase así: ASESINATO en todo el ámbito de la Comunidad Europea. Al parecer, en muchos países europeos se vienen calificando estos hechos de homicidios ordinarios al no entrar en la legislación como casos de violencia de género.

En junio no prosperó la petición de estas dos europarlamentarias pero en setiembre se ha vuelto a presentar y ahora se ha aprobado una euroorden en este sentido.

Aunque las palabras empleadas en el lenguaje común no sean, por sí solas, suficientes para contener esta barbarie, quizás sea bueno ir llamando al pan, pan y al homicidio, asesinato.

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