viernes, 23 de febrero de 2018

Brecha salarial = Brecha de Genero

Parece que se han publicado suficientes datos estadísticos, fieles a la realidad , tanto en el mundo considerado desarrollado como en el tercer mundo, que explican con claridad la existencia de la llamada brecha salarial, es decir la diferencia de remuneración asignada a las mujeres que desempeñan tareas laborales iguales a las de los hombres. 
Cabe, pues, poca discusión sensata y desinteresada de esta realidad.
 
Ahora nos gustaría incidir en la repercusión que este hecho tiene en el futuro post laboral de las mujeres.
Después de una vida dedicadas a las tareas domésticas , en un porcentaje mayor que sus compañeros varones, a los cuidados  de  hijos,  padres  y parientes (incluido el propio cónyuge) y de haber trabajado y cotizado durante un largo periodo de tiempo, las mujeres se encuentran con unas pensiones intolerables para poder vivir dignamente, cuando no a sostener a toda la familia de la siguiente generación en paro o condiciones laborales de miseria.
En este contexto, los gobiernos deberían garantizar la protección de todas las mujeres, primero estableciendo modelos de trabajo flexible para hacer compatible la vida laboral con la familiar y después evitando que sean las mujeres las primeras en ser expulsadas del mercado laboral en cuanto aparece una crisis o se recuerda la obligación de mantener los índices de natalidad.
Parece que, en estos momentos, el desempleo juvenil está afectando, en todo el mundo, más a las mujeres que a los hombres incluso en Europa Septentrional y América del Norte.
Deseamos que esas desigualdades en la calidad de empleo, que se traducen en una verdadera brecha de género en lo que respecta al acceso a la protección social y, particularmente a las prestaciones de maternidad y de vejez, sean tenidas en cuenta por aquellos a quienes corresponde legislar.


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