domingo, 10 de julio de 2016

La banalidad de la corrupción

En estos momentos, en que la “novedad” con que nos despiertan a diario los medios de comunicación es , desgraciadamente, la corrupción parece obligado rendir un homenaje al Profesor Emilio Lledó, catedrático de filosofía y académico de la RAE.

Como buen filósofo y, sobre todo, buen hombre, se queja de que en los nuevos planes de enseñanza, con que nos amenazan los políticos de turno, se haya suprimido la asignatura de filosofía, teniendo en cuenta que la misión fundamental de esta materia es “enseñar a pensar”. Por ello, podemos esperar consecuencias siniestras, tales como las que se nos venden continuamente:
”lo fundamental para la prosperidad de un país es la economía” o “ hay que fomentar y ayudar a los emprendedores”.Por cierto, advertía el profesor que desde Port Bou a Huelva podemos contemplar los destrozos, que muchos de esos patriotas emprendedores , han perpetrado en toda la costa.
E. Lledó parte de la base de que todos los humanos somos, prácticamente ,iguales en cuanto a estructura cerebral y las diferencias se deben , en esencia, a la cultura.
Por tanto , los corruptos han conseguido la putrefacción de sus cerebros y quieren implantarla en la ciudadanía. Por eso hay que apartar de la política a los corruptos para que no nos aparten a todos de la vida. Y si la esencia de la vida política es crear ideales para la colectividad, nadie puede defender la presencia de esos parásitos.
Muchas consecuencias de la corrupción de los políticos, se deben a que no quieren ni saben dar ninguna explicación de lo qué hacen y porque lo hacen.
En uno de los temas que más preocupan y producen dolor a los ciudadanos, el tratamiento que se está dando a los migrantes,ningún político ha querido ir a la raíz del problema: las guerras. Quien las provoca,las sostiene, las manipula y se lucra de ellas?. Pero ahí siguen y seguirán sin que nadie mueva un dedo para atacar la raíz del desastre.
Cuando se le pregunta al Pf. Lledó si del lema de la RAE:”limpia, fija y da esplendor” que rige a nuestra Academia de la Lengua, tiene más importancia alguno de los tres , responde que “dar esplendor” que considera la misión más hermosa .
Desde ENclave , suscribimos las afirmaciones de Emilio Lledó y consideramos que la corrupción, universalmente aceptada, practicada y aplaudida es tan rechazable como el mal cuya banalidad denunció Anna Harendt.

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