Fátima Hissisni es una mujer que profesa el Islam. Hace unos días acudió a declarar a un juzgado de la Audiencia Provincial con la cara cubierta. Vestía con un velo negro que le ocultaba los ojos, túnica verde oscuro, pantalones hasta el suelo y guantes negros. Es hermana de un joven que se inmoló hace cuatro años en un acto suicida.
Ella se identifico enseñando el rostro a un agente de policía pero después al juez, en el interrogatorio le dijo: "No puedo enseñar la cara y menos a un hombre”.El juez fue tajante: “la ley civil prevalece sobre las leyes religiosas” e interrumpió el juicio. Pero, aunque el magistrado podía haber procedido contra ella por desobediencia a la ley, eligió otro camino: el dialogo; y le convenció de que se trataba de una cuestión legal.
Muchos hombres y mujeres no comprendemos la gran sumisión que sufren las mujeres en el Islam. - Sumisión basada en la Sharia (ley mulsumana); no en el Coran- . Sin embargo, nuestra actitud ante situaciones como la acontecida hace varios días en la Audiencia Provincial debe ser desde la compresión y el dialogo. Así, de esa forma la mujer finalizó mostrando una parte de la cara, desde las cejas al mentón.
El ejemplo del juez Gómez Bermúdez nos hace reflexionar sobre la tolerancia y el dialogo sin olvidar la falta de libertad que siguen sufriendo muchas mujeres.
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