El caso de una menor marroquí que se suicidó tras ser obligada a contraer matrimonio con su violador, ha vuelto a poner de manifiesto la situación de las mujeres en el país magrebí.
Amina, tenía 16 años , vivía en Damar Khirinda, pueblo cercano a Larache. A causa de los malos tratos y vejaciones que sufría por parte de su marido, familia y el rechazo de su propio padre que se negaba a recibirla en casa, puso fin a su vida ingiriendo un veneno raticida.
Aunque hubo una denuncia por parte de la familia por agresión sexual, al final las dos partes llegaron a un acuerdo. El violador se amparó en el Código Penal Marroguí que le eximía de la sanción, siempre y cuando aceptase casarse con la víctima, y la familia retirase la denuncia. Caso que así ocurrió.
Asmae Baghdadi, militante feminista y miembro de la Asociación Marroqui de Derechos Humanos en Lareche y varias asociaciones feministas más, se congregaron ante la sede del Tribunal de Primera Instancia para denunciar y condenar el matrimonio precoz y la violencia de género contra las mujeres.
Según la Encuesta Nacional de Prevalencia de la violencia de género 2011, un 62,8% de las mujeres entre 18 y 64 años han sido víctimas de agresiones. En 2009 hubo 33.253 matrimonios de menores.
El suceso ha pasado inadvertido en la prensa marroquí pese a que el suicidio de Amina fue desvelado por el periódico Al Massal de Larache.
Las mujeres de “ENclave” si damos testimonio del destino de Amina y pensamos que :
“Si queremos vivir con dignidad, tenemos que exigir nuestros derechos”
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