miércoles, 28 de mayo de 2008

El tiempo también en clave de género



El tiempo es un recurso universal y limitado:
todas las personas disponemos de 24h cada día. Pero el tiempo carece de valor si no puedes decidir sobre su utilización. Y es aquí donde comienzan las diferencias.

Como dice Patricia Hewitt, “ el tiempo de trabajo se estructura de formas radicalmente distintas para hombres y para mujeres; dicho de otro modo, el tiempo que emplean los hombres en el trabajo remunerado determina cuánto tiempo tienen para sus familias; el tiempo que las mujeres emplean en el cuidado de sus familias, determina cuánto tiempo tienen para el trabajo remunerado”

Según las últimas encuestas realizadas, las mujeres trabajamos 1h más cada día que los hombres. Nosotras lo hacemos mayoritariamente en el ámbito doméstico o del cuidado, no remunerado; mientras que los hombres lo hacen en actividades sí remuneradas, las llamadas productivas. Esta situación nos lleva a un reparto del tiempo desigual en lo que se refiere al ocio, vida privada,...

La característica del trabajo doméstico y de los cuidados es que se trata de una labor dependiente de lo relacional, con dimensiones morales y emocionales que contribuyen a constituirlo y a mantenerlo. Y es lo que hace que, en palabras de Mª Ángeles Durán, “las mujeres nacemos con el tiempo expropiado porque los hombres no cuidan ni participan en el trabajo doméstico”.

Por estas razones y por muchas más difíciles de resumir en poco espacio, debemos encaminarnos hacia el modelo “doble ingreso + doble cuidador”; porque si mujeres y hombres repartimos el trabajo doméstico y de cuidados de manera igualitaria, también lo podremos conseguir en el trabajo remunerado y disponer de tiempo libre sobre el que poder decidir.

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