miércoles, 29 de abril de 2009

Misoginia


La misoginia tiene una larga trayectoria histórica: unas épocas han sido más misóginas que otras, pero la raíz de la misoginia moderna es doble. Por un lado, griega, a través de mitos como el de Pandora y de monstruos femeninos altamente simbólicos (Sirenas, Arpías,…) o de filósofos como Aristóteles (escribió que las mujeres eran biológicamente inferiores al varón) y, por otro lado, la tradición semítica contenida en la Biblia, que consideró a las mujeres inferiores al varón a causa del pecado original de Eva y por castigo divino.

Las manifestaciones de la misoginia son tan variadas como usuales en la vida cotidiana, el lenguaje ha reflejado esta posición inferior de las mujeres con un lenguaje sexista muy marcado. En español, el morfema de género femenino denota frente al masculino connotaciones semánticas despectivas en oposiciones como:

zorro / zorra , hombre público / mujer pública , gallo / gallina

También el refranero contiene un abundante apartado que refleja la mentalidad misógina tradicional:
"La mujer, la pata quebrada y en casa"

"Llantos no se han de creer de viejo, niño y mujer"

Las mujeres del s.XXI aún vivimos inmersas en una cultura que, por inercia, continúa desvalorizando lo femenino; crecimos esperando ser aprobadas por la mirada del varón, como nos enseñaron…, con la misoginia en la mochila.

Tal vez ahora sea el momento de cambiar la mirada, abandonar esa mochila que nos pesa tanto, de pararnos a pensar cómo romper con la inercia de siglos para iniciar nuevos caminos, los que nosotras elijamos…

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