viernes, 19 de junio de 2009
Sororidad y Marcela Lagarde
El pasado 11 de junio estuvimos en Sestao escuchando a Marcela Lagarde, que habló sobre LA POLITICA FEMINISTA DE LA SORORIDAD.
En la presentación, Ana Valenciaga (Directora del Berritzegune de Sestao) hizo una metáfora que nos pareció tan acertada como poética. Aludió al llamado efecto mariposa, muy usado en el mundo de la economía, según el cual cuando una mariposa agita sus alas en Hong Kong se produce un vendaval en New York. Y trasladó esta alusión a nuestra reunión, porque las intervenciones de la antropóloga mexicana también producen el “efecto Marcela”.
Marcela comenzó destacando la importancia del trabajo conjunto de las mujeres. La experiencia de cualquier mujer puede convertirse en un proyecto efectivo cuando otras mujeres la conocen y la trabajan.
Recordó que en el año 2000 se dio a conocer la Carta Mundial de las Mujeres, presentando el movimiento de las mujeres al mundo entero y proclamando el poder de la unión de mujeres y hombres para cambiar el mundo, bajo el lema: OTRO MUNDO ES POSIBLE. En la Carta se hacía un llamamiento a todas las fuerzas sociales para poner en práctica cinco valores: PAZ, IGUALDAD, LIBERTAD, SOLIDARIDAD y JUSTICIA.
Aludió Marcela a los que desconfían del feminismo llamado radical. EL FEMINISMO SIEMPRE ES RADICAL, porque proclama la humanidad de las mujeres, su raíz. La condición humana de las mujeres se ha reconocido generalmente sólo en función de los otros o para los otros. El feminismo proclama la humanidad de las mujeres en sí, de forma EXISTENCIAL, con una igualdad práctica, filosófica y antropológica.
En la carta mundial se planteaba la solidaridad como valor fundamental. Marcela añade la SORORIDAD, del latín soror (hermana), ya que la fratría se refiere sólo a los hombres (frater: hermano). La sororidad surge como una complicidad entre las mujeres, una alianza política de género, un reconocimiento mutuo. Se establece cuando las mujeres se respetan unas a otras, enfrentándose juntas a la misoginia como problema político y social. Y se construye a partir de la MISMIDAD o autonomía personal de cada una, de su independencia ideológica, económica, política y sexual.
Para concluir, Marcela nos recomendó leer a Celia Amorós y a Alice Walter. Se cerró el acto con en un estupendo lunch, en sororidad absoluta.
Después de estas reflexiones, ¿qué mujer puede decir que no es feminista?
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