Anna Palmer Draper ayudaba a su marido, aficionado a la astronomía a mirar al cielo y hacer fotografías de estrellas con las que realizaba estudios sobre el firmamento, gracias a ella, con sus donaciones, y otros interesados el observatorio de Harvard, fue creciendo de año en año y contrató cada vez más locos por las estrellas.
La escritora y periodista Dava Sobel, en su último libro "El universo de cristal", narra la historia de las mujeres de Harvard que nos acercaron a las estrellas.
Sobel nos narra en su libro la incorporación de aquellas mujeres a la institución, primero en calidad de "calculadoras humanas" que se dejaban los ojos realizando cálculos imposibles - por lo poco que se conocía del sistema solar - sobre distancias y tamaños o estudiando cada pequeño punto de las fotografías hechas por la noche de la bóveda celeste.
Aquellas mujeres no pudieron estudiar carreras universitarias en el campo de la Ciencia hasta principio del siglo XX, por lo que crearon una Asociación para promover la participación de las mujeres en la investigación científica. Esta historia de superación ha servido a Sobel para inspirarse y escribir su libro.
El libro "El universo de cristal", ha sido nominado al mejor libro del Premio PEN/E.O de literatura científica.
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