Charlotte
Perriand, nació en Paris (1903) y debido a la profesión de sus padres, su madre
costurera y su padre sastre, fue criada entre cortes, formas, colores, medidas y
dibujos. Motivo por el cual se decantó por el arte y a los 17 años se matriculó en una escuela de arte para estudiar diseño.
Tras su
fascinación por Le Corbusier, arquitecto francés, y después de haber leído sus
obras, se presentó en su estudio a los 24 años para solicitar un empleo como
diseñadora de muebles en el prestigioso estudio, de donde salió con un “lo siento,
pero en mi estudio no se bordan cojines”. Meses más tarde, cuando se exponen
las obras de Perriand, Le Corbusier, reconoce el error y decide contratar a Charlotte,
quien añadió a sus diseños el toque humano. Fue sin duda una artista que rompió
moldes, aportando grandes dosis de creatividad a sus obras, sin dejar que lo
novedoso de sus creaciones les hiciera perder la confortabilidad.
Fue la
creadora de la “Chaise Longue” y comentaba
que la silla debería ser un sirviente dócil, discreto y modesto que
proporcionara comodidad de una manera bella para la inspiración de la persona
que lo usara.
Charlotte
amó su trabajo con locura, hasta el punto de definir toda su existencia como
una vida de creación.
Desde “ENclave”,
queremos dar a conocer a esta mujer que, como otras muchas, en época en la que no era habitual que una
mujer fuera arquitecta, diseñadora y planificadora urbana, trabajó intensamente
para que su arte sea reconocido, hoy en día, como uno de los más influyentes del
movimiento moderno del siglo XX
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