En
estos momentos, en que la “novedad” con que nos despiertan a
diario los medios de comunicación es , desgraciadamente, la
corrupción parece obligado rendir un homenaje al Profesor Emilio
Lledó, catedrático de filosofía y académico de la RAE.
Como
buen filósofo y, sobre todo, buen hombre, se queja de que en los
nuevos planes de enseñanza, con que nos amenazan los políticos de
turno, se haya suprimido la asignatura de filosofía, teniendo en
cuenta que la misión fundamental de esta materia es “enseñar a
pensar”. Por ello, podemos esperar consecuencias siniestras, tales
como las que se nos venden continuamente:
”lo fundamental para la
prosperidad de un país es la economía” o “ hay que fomentar y
ayudar a los emprendedores”.Por cierto, advertía el profesor que
desde Port Bou a Huelva podemos contemplar los destrozos, que
muchos de esos patriotas emprendedores , han perpetrado en toda la
costa.
E.
Lledó parte de la base de que todos los humanos somos, prácticamente
,iguales en cuanto a estructura cerebral y las diferencias se deben ,
en esencia, a la cultura.
Por
tanto , los corruptos han conseguido la putrefacción de sus cerebros
y quieren implantarla en la ciudadanía. Por eso hay que apartar de
la política a los corruptos para que no nos aparten a todos de la
vida. Y si la esencia de la vida política es crear ideales para la
colectividad, nadie puede defender la presencia de esos parásitos.
Muchas
consecuencias de la corrupción de los políticos, se deben a que no
quieren ni saben dar ninguna explicación de lo qué hacen y porque
lo hacen.
En
uno de los temas que más preocupan y producen dolor a los
ciudadanos, el tratamiento que se está dando a los migrantes,ningún
político ha querido ir a la raíz del problema: las guerras. Quien las
provoca,las sostiene, las manipula y se lucra de
ellas?. Pero ahí siguen y seguirán sin que nadie mueva un dedo para
atacar la raíz del desastre.
Cuando
se le pregunta al Pf. Lledó si del lema de la RAE:”limpia, fija y
da esplendor” que rige a nuestra Academia de la Lengua, tiene más
importancia alguno de los tres , responde que “dar esplendor” que
considera la misión más hermosa .
Desde
ENclave , suscribimos las afirmaciones de Emilio Lledó y
consideramos que la corrupción, universalmente aceptada, practicada
y aplaudida es tan rechazable como el mal cuya banalidad denunció
Anna Harendt.
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